martes, 15 de abril de 2014

Shu: la flor del jazmín chino

Si hay una flor que se le asemeja en carácter a Shu es el jazmín chino. Esas pequeñas florcitas blancas cuyos tallos trepan todo a su paso, cubren superficies con su oleaje perfumado y se vuelven irresistible a la vista. Son livianas, algodonadas, y se mueven al son del viento, llenas de vida. A la vista frágiles y delicadas, las flores del jazmín el chino son fuertes y resisten cualquier invierno. Shu es así, a veces pareciera que no sabe que es el invierno.
Las flores del jazmín chino.
 Conocí a Shu en Beijing, donde me alojó por unos días en un departamento que comparte con su compañera, Anna. Ver su perfil en Couchsurfing fue realmente una sorpresa. En China, que las mujeres participen de un intercambio como el que propone Couchsurfing sugiere promiscuidad y suelen perder su reputación. Pero a Shu eso no le preocupa, ella sabe que Couchsurfing le da la posibilidad de hacer algo que la identifica: hacer amigos. Desde el momento en que leí su perfil en Couchsurfing, que ella misma había escrito, y los comentarios que sus amigos escribían de ella, sabía que tenía que conocerla.

 Shu (que dice no recordar su nombre en inglés) es contadora y trabaja para el World Trade Center in China que se encuentra en Beijing. Ha trabajado casi seis años haciendo números, cuidando presupuestos y chequeando que los tickets que le dan en los supermercados estén bien. Aunque a veces parezca exagerada con la tarea, Shu es responsable y sabe que tiene que denunciar a evasores (la mayoría de la gente en China). Responsable, exitosa, seria, Shu odia su trabajo y se alegra cada vez que alguien le dice que no aparenta ser una contadora.
Una de las maravillosas fotorafías de Shu "Este es un mercado de Lang Prabang, en Laos. Cuando viajo, me gusta merodear en lugares públicos para obervar el estilo de vida de la gente local". 

Si pudiera hacer cualquier otra cosa en el mundo, Shu diría que viviría viajando y sacando fotos. Viajar se ha convertido en su manera de entender el mundo, y la fotografía plasma su visión de las cosas, lo que quiere guardar en su memoria y lo que quiere que el mundo sepa de ella. Siempre usa una cámara artesanal y revela el fílmico ella misma antes de llevar el rollo a una casa de fotos. Sus imágenes son demasiado especiales para ella como para usar una cámara digital. Cuando finalmente has ganado su confianza y decide mostrarte una foto, entiendes que cada una aloja  un pedacito de su ser. Paciente, amable, poco decidida en todo sentido, experta en sacar temas de conversación y sumamente impuntual, Shu fue la mejor guía que pude tener en Beijing.

“Libertad” era lo que la había llevado a mudarse desde Hangzhou, su ciudad natal. Recuerdo que estábamos sentadas en pequeño bar Indie de Nanguiluxiang, mientras tomábamos té de jengibre con miel como el resto allí escuchando a la banda de jazz favorita de Shu, cuando esta graciosa contadora de 30 años por qué le resultaba difícil volver a Hangzhou. Me había hablado de las hermosas plantaciones de té verde en las colinas del lugar, del lago que la hace “el cielo en la Tierra” y de su papá, al que adora y con el que comparte su pasión por la fotografía. Pero Hangzhou, en los ojos de Shu, es una ciudad demasiado convencional para una mujer como ella que no sabe cumplir con los estándares de una mujer china. Directa, independiente y de opiniones claras, Shu sentía que no encajaba en la comunidad patriarcal y pacata de Hangzhou.
"Esta es la famosa ceremonia de ofrendas en Laos. Cuando todavía ni amanece, los monjes deben ir en busca de la comida que luego donarán. Es una ceremonia solemne".

Distinta a la mayoría de las chicas de su edad, Shu todavía no se ha casado. Y lo que ella me a confesado es aún peor, Shu tiene un novio europeo que conoció a través de Couchsurfing. Mikkel y Shu se conocieron hace un año en Beijing, cuando él estaba viajando por el norte de China. Mikkel es sueco y vive en Suecia, y viaja para ver a Shu dos veces al año.

Según Shu, tener una pareja de otro país está mal visto por varias razones: 1) los chinos no confían en que los extranjeros realmente estén enamorados de sus hijas, y creen que estos las abandonarán sin previo aviso, arruinando su reputación. 2) Los extranjeros, en los ojos de las familias tradicionales chinas, no quieren casarse. 3) No son chinos ¿Por qué casarse con alguien que no es chino?

Shu adora a Mikkel, sus pequeñas excentricidades suecas e intuyo que la esperanza de mudarse a Europa en algún momento.  Pero deja ver, cuando habla de él, que ella sabe que es muy poco probable que lleguen a casarse. La relación a distancia ha desgastado lo que antes los había unido, y aunque ella diga que no es así en su caso, la opinión de la familia en cuestiones del amor es algo vital para ella. Y como pueden esperar, la familia de Shu no está de acuerdo con el noviazgo y hacen de cuenta que Mikkel no existe.

Y porque su novio no existe, Shu todavía padece la persecución de brujas no casadas que se da inicio durante el año nuevo chino. Mientras terminaba su té de jengibre de un sorbo como si fuera un shot de whisky, Shu me explicó algo que me hizo entender el porqué de las caras largas de varias muchachas que había visto en la estación de tren. Volver a casa durante la semana de año nuevo sin siquiera tener un novio estable a los 27 años es el comienzo de un largo via crucis. Al parecer, las actividades tradicionales de la época pasan a segundo plano cuando existe la rutina de sermonear a la no casada. Shu me contó de su última celebración de año nuevo con su familia justo antes de mudarse a Beijing. Su abuela había anunciado que estaba buscándole novio a Shu en la plaza del pueblo, su tía parecía haber memorizado la lista de las razones por las cuales Shu estaba soltera (demasiado trabajo, expectativas muy altas, mostrar los hombros y no arreglarse el pelo entre otras) y su madre aquejaba distintos dolores cada vez que alguien mencionaba que si Shu seguía así terminaría siendo “huaile” (una mujer podrida). Shu ríe cuando cuenta la historia de cómo ciertas mujeres que conoce “alquilan” supuestos novios durante estas épocas para que sus familias no las presionen. Pero sabiendo que Shu no vuelve para año nuevo desde entonces y se disgusta cada vez que tiene que viajar para ver a sus familia, se siente como hablar del tema debe pesar.

Unos días más tarde, estábamos cenando con Oriol en un típico restaurant Chino, cuando Shu apareció en el momento preciso. Aunque me pregunté si cambiar de tema, puesto que estábamos hablando de las mujeres de sobra con Oriol, discutiendo como siempre, algo me decía que la opinión de Shu era un poker de ases en el tema. Cuando le conté que alguien me había explicado que las mujeres de sobra eran aquellas mujeres de más de 27 años que no se habían casado y que nadie consideraba como potencial pareja, Shu me observó unos momento en silencio, perpleja. Pensé que me había equivocado en preguntarle y que el tema era demasiado delicado. Shu sonrió y me mostró una escalera real. Recuerdo sus palabras como si fuera hoy “A mí me gusta ser una mujer de sobra. No tengo vergüenza. Ser una sheng nu es algo que me enorgullece. Quiere decir que tengo educación, que luché por tener un título universitario y no fui a la universidad a buscar hijos. Quiere decir que tengo la libertad de elegir qué quiero de mi vida. Quiere decir que soy lo suficientemente valiente como para decir NO y defender mi vida ante los demás. Quiere decir que no me conformo, que no tengo que regalarle mi vida a alguien que no considero lo suficientemente bueno para mí. Quiere decir que todavía puedo buscar al hombre que me haga feliz.”

No necesito decir nada más.

Entrevista con Shu:

Lugar de Nacimiento: Hangzhou, pero ahora vivo en Beijing.
Familia: Mi padre ama la jardinería, las mascotas y las antigüedades. Es un hombre relajado. A mi madre le gusta jugar al poker con sus amigos y siempre nos está presionando para que hagamos las cosas como ella quiere.
Creciste con…: mis padres.
Profesión: soy contadora, pero no me gusta trabajar de eso. Me pongo muy contenta cuando me dicen que no parezco una contadora.
Estudios: Contabilidad. No tuve mucha elección porque quería estudiar para ser arquitecta pero no pasé el examen. Entre todas las posibilidades de estudios que me quedaban, contabilidad parecía la menos aburrida. 
Hobbies: fotografía, acampar, viajar, ver películas francesas.
Tres palabras que te describen: optimista, idealista, valiente.
Estado Civil: no casada J

1)      Qué en la vid ate ha hecho la mujer que sos hoy? La esperanza de encontrar el verdadero amor.
2)      Cuáles son tus metas este año? Quiero que me aumenten el sueldo y me aprueben la visa para irme a Australia.

3)      Describe una fotografía tuya dentro de 5 años. (No contestó) 
Mi amiga Shu =)

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